Las aguas residuales de las grandes urbes son una opción para sumar recursos hídricos y poder utilizarlos para producción agroalimentaria, liberando aguas vírgenes para otros usos. Si bien el 73% de las aguas tratadas por las plantas de tratamiento que son vertidas en los cauces tienen un reúso indirecto; hay un 22% que va directamente al mar y que podrían volver a usarse. En Maipo avanzan, con Aguas Andinas, en un proyecto para recuperar parte de los recursos.
Ciento treinta mil hectáreas riega la primera sección del río Maipo. En esa zona un 70% de los agricultores tienen menos de 10 hectáreas y para regar dependen en un 100% del río. Sin embargo, la sequía ha llevado a que con la escasez, el agua de los regantes se ceda para el consumo humano de Santiago y en algunas temporadas los agricultores disponen de solo cerca del 10% de los derechos, cuenta Luis Baertl, presidente de la Asociación Canales de Maipo. El resultado son cultivos secos, animales sedientos, frutales que no dan fruta, agricultores que no producen alimentos, pierden su fuente de sustento y se vuelcan a la ciudad. ‘Con un año más seco, se va a secar todo y serán dos millones de pobres dando vuelta en la ciudad’, dice…